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StretchingTraining..Mejora la flexibilidad, previene acortamientos musculares, liberación de facias, indispensables para una buena salud osteo-artro-muscular.

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Incorporar sesiones de estiramiento en su régimen de ejercicios es una excelente manera de mejorar la flexibilidad, el rango de movimiento y el rendimiento deportivo general. Las articulaciones flexibles reducen el riesgo de lesiones al permitir que sus músculos trabajen de manera más efectiva.

lunes, 10 de septiembre de 2018

LA FLEXIBILIDAD COMO UN FACTOR DE RIESGO DE DISTENSIÓN MUSCULAR EN MIEMBRO INFERIOR DE JUGADORAS DE VOLEIBOL.

LA FLEXIBILIDAD COMO UN FACTOR DE RIESGO DE DISTENSIÓN MUSCULAR EN MIEMBRO INFERIOR DE JUGADORAS DE VOLEIBOL.

StretchingTraining cintas de elongacion

RESUMEN

1. Material y métodos:
Muestra: 31 jugadoras de liga FEV (edad: 22.7±4.1). Medición bilateral con goniómetro de la extensibilidad del gemelo, aductor, isquiotibial y cuádriceps. Análisis estadístico con SPSS 15.0. para dos muestras independientes (jugadoras lesionadas y no lesionadas), utilizando la prueba T. Estudio de las dos muestras relacionadas (pierna lesionada y no lesionada) con pruebas no paramétricas de Wilcoxon y de los Signos.
2. Resultados:
- El 32% de la muestra padeció lesión muscular.
- El 80% lesiones de cuádriceps.
- Un 30% de las lesionadas no se trataron.
- Un 60% de lesiones fueron en pierna hábil.
- Ninguna jugadora realizó entrenamiento de flexibilidad.
- El 50% fueron lesiones moderadas (8-28 días de baja).
- No hay diferencias significativas entre lesionadas y no lesionadas. Tampoco entre la pierna lesionada y la no lesionada.
3. Conclusiones:
No se asume que un rango de movimiento disminuido en una articulación predispone a padecer una distensión muscular en los músculos antagonistas al movimiento limitado. No se puede detectar a jugadoras de riesgo. No parece que la extensibilidad muscular se relacione con predisposición a lesión muscular. No hemos encontrado diferencias entre la flexibilidad del miembro lesionado y el no lesionado. Futuras investigaciones son requeridas.

1. INTRODUCCIÓN.

El voleibol es un deporte colectivo en el que los jugadores interactúan separados por una red. A pesar de que podría esperarse una baja incidencia lesional, el voleibol figura en cuarto lugar en cuanto al índice lesional (Solgard et al., 1995). Las investigaciones sobre lesiones en voleibol muestran que la incidencia de lesión está entre 1´7 y 4´2 por 1000 horas de juego (Aagaard y Jorgensen, 1996; Agel, Palmieri-Smith, Dick, Wojtys, y Marshall, 2007; Bahr, R. y Bahr, I. A., 1997; Beneka et al., 2009; Solgard et al., 1995). Estas diferencias tan significativas que encontramos en las investigaciones se deben, posiblemente, a las variantes en el diseño de los estudios (Aagaard y Jorgensen, 1996).
La literatura coincide en que las lesiones de tobillo son las más frecuentes, destacando la lesión previa como factor de riesgo, y en que las estrategias preventivas deben orientarse a reducir este tipo de lesiones. Sin embargo, las lesiones musculares no representan gran repercusión en voleibol (Aagaard y Jorgensen, 1996; Agel et al., 2007; Augustsson, A., Augustsson, J., Thomee´, y Svantesson, 2006; Bahr, R. y Bahr, I. A., 1997; Beneka et al., 2009; Junge et al. 2006; Verhagen, Van der Beek, Bouter, Bahr, Van Mechelen, 2004). A pesar de que se ha investigado sobre lesiones en voleibol, no se ha profundizado en lo relativo a lesiones musculares, por lo que tampoco se han planteado las estrategias de prevención correspondientes Hoy en día, según Woods et al. (2004) las lesiones musculares representan uno de los mayores problemas a resolver en deporte.
Garrett (1996) considera que en las consultas de medicina del deporte el 30% de las lesiones se corresponden con lesiones musculares, con la importancia que esto conlleva en cuanto a nuestro conocimiento sobre las mismas para mejorar nuestras herramientas correspondientes de prevención y rehabilitación. Siendo lesiones tan comunes y poco estudiadas, parece que debemos orientarnos a conocer más acerca de ellas (Garret, 1990; Johnson y Ticker, 1998). Parece contradictorio que las investigaciones realizadas en voleibol no consideren la lesión muscular de forma significativa cuando según Garret (1996) son de las lesiones más comúnmente tratadas en la realidad deportiva.
Dentro de las lesiones musculares, las distensiones musculares son aquellas lesiones que se producen en ausencia de impacto, cuando la aplicación de una fuerza tensional supera la resistencia del tejido durante una contracción excéntrica (Los Servicios Médicos del Fútbol Club Barcelona, 2009). Las lesiones en ausencia de impacto presentan mayor posibilidad de prevención que aquellas en las que se produce un contacto (Mack, Whitford, y Jaques, 2004). Las distensiones musculares se corresponden, entre otros, con deportes basados en salto, con requerimiento de un esfuerzo muscular explosivo en un corto periodo de tiempo (Johnson y Ticker, 1998; Peterson y Restrom, 2001), por ejemplo en el caso del voleibol. Garret (1996) y Peterson y Restrom (2001) coinciden en que ciertos músculos sufren más estas lesiones que otros, en concreto aquellos músculos biarticulares o de compleja arquitectura.
Siendo la lesión deportiva el factor más limitante de los deportistas, uno de los objetivos prioritarios de los profesionales del mundo de deportes es reducir el número de lesiones y mejorar las medidas preventivas, para poder disponer de sus deportistas el mayor tiempo posible y no amenazar su rendimiento. Los ejercicios de flexibilidad han sido asociados a la prevención y tratamiento de lesiones, así como a la mejora del rendimiento deportivo (Holt, L., Pelham, y Holt, J., 2008). El modelo lesional de Woods, Bishop, y Jones (2007) se basa en que las distensiones musculares ocurren a ciertas longitudes del músculo, como resultado de un fuerza excéntrica que lo estira más allá de su “libre rango de movimiento” hasta el punto de fallo. Cada actividad física y deporte requiere un rango de movimiento (ROM) específico para ser desarrollado. Para poder completar de forma exitosa estas acciones sin lesionarse, el músculo ha de tener la distensibilidad necesaria para moverse en ese ROM sin causar un incremento de tensión. El concepto de distensibilidad es definido por Alter (2004) como la capacidad de un tejido muscular para estirarse en respuesta a una fuerza externa. Los estiramientos resultan en una elongación del músculo (Taylor,
Brooks, y Ryan, 1997), y un aumento de la longitud del músculo puede permitirle estirarse más y moverse a través de un ROM articular mayor antes de alcanzar el punto de fallo (Woods et al., 2007). A pesar de que algunos autores consideran la flexibilidad como un importante factor de riesgo de padecer una distensión muscular (Garret, 1996; Gleim y McHugh, 1997; Van Mechelen, Hlobil, y Kemper, 1992; Worrel, 1994), hay opiniones contrarias en cuanto a los métodos de prevención de lesiones musculares a través de la flexibilidad (Murphy, Connolly, y Beynnon, 2003; Parkkari, Kujala, y Kannus, 2001; Woods et al., 2004). Debido al desacuerdo existente en la literatura, futuras investigaciones son necesarias para aclarar las lagunas y las dudas conceptuales existentes acerca del concepto de flexibilidad.
Siguiendo numerosos estudios que intentan establecer relación entre un ROM reducido y el incremento de riesgo de padecer una distensión muscular (Arnason et al., 2004; Bradley y Portas, 2007; Dadebo, White, y George, 2004: Ekstrand y Guillquist, 1982; Johnagen, Németh, y Eriksson, 1994; Knapik, Bauman, Jone, Harris, y Vaughan, 2001; Tyler, Nicholas, y Campbell, 2001) surge este estudio en voleibol femenino, inspirado especialmente en la siguiente investigación: Witvrouw, E., Oanneels, L., Asselman, P., O’Have, T. y Cambier, O. (2003). Muscle flexibility as a risk factor for developing muscle injuries in male professional soccer players a prospective study. American Journal of Sports Medicine, 31(1). 41-46.

2. JUSTIFICACIÓN.

Este proyecto surgió principalmente del análisis de los siguientes argumentos:
- La lesión deportiva representa el factor más limitante de los deportistas. Uno de los objetivos prioritarios de los profesionales del mundo del deporte es mejorar las medidas preventivas y reducir el número de lesiones, para poder disponer de sus deportistas el mayor tiempo posible y no amenazar su rendimiento.
– En medicina deportiva el 30% de las lesiones deportivas son musculares (Garret, 1996). Las distensiones musculares representan el 94% de las lesiones musculares (Woods et al., 2004).
- Las investigaciones revisadas sobre voleibol y lesiones deportivas no observan que las distensiones musculares sean frecuentes.
– Las distensiones musculares se producen en ausencia de impacto (Garret, 1990; Servicios Médicos del Fútbol Club Barcelona, 2009). Las lesiones sin impacto presentan mayor posibilidad de prevención que aquellas en las que se produce un contacto (Mack, 2004).
- Los músculos biarticulares sufren más distensiones musculares que otros (Garret, 1996; Peterson y Restrom, 2001).
– Las distensiones musculares son lesiones por estiramiento, producidas cuando la aplicación de una fuerza tensional supera la resistencia del tejido durante una contracción excéntrica (Los Servicios Médicos del Fútbol Club Barcelona, 2009). La distensibilidad de un músculo se define como la capacidad de un tejido muscular para estirarse en respuesta a una fuerza externa (Alter, 2004).
- Para que los músculos puedan completar las acciones deportivas sin lesionarse, el músculo ha de tener la distensibilidad necesaria para moverse en la ROM propia de la disciplina (Woods, 2007). Así, los músculos acortados limitan la amplitud de movimiento (Peterson y Restrom, 2001). El trabajo de flexibilidad a través de estiramientos resulta en una elongación del músculo, y un aumento de la longitud del músculo puede permitirle estirarse más y moverse a través de un ROM articular mayor antes de alcanzar el punto de fallo (Woods et al., 2007).
– El rango de movimiento se utiliza para cuantificar la flexibilidad de forma indirecta (Holt 2008).
- La medición de la flexibilidad de una articulación puede identificar el riesgo de lesión muscular en los músculos correspondientes (Witvrouw et al., 2003; Bradley y Portas, 2007). Se considera la flexibilidad como factor de riesgo de lesión muscular.
– Parece que son necesarias futuras investigaciones para aclarar las lagunas y las dudas conceptuales existentes acerca del concepto de flexibilidad y sus posibilidades de prevenir lesiones musculares. Según Arnason (2009), a pesar de que algunos estudios han investigado la posible conexión entre las lesiones musculares y una pobre flexibilidad, la evidencia científica de que la flexibilidad es una medida preventiva de lesión muscular no está probada hasta el momento.

3. HIPÓTESIS Y OBJETIVOS.

3.1. Objetivo e hipótesis principal.
Objetivo principal: Detectar a jugadoras con riesgo de lesión muscular a través del conocimiento de su ROM para prescribir un trabajo específico preventivo de flexibilidad. Del objetivo principal deriva la siguiente hipótesis principal: Un rango de movimiento disminuido en una articulación del miembro inferior predispone a padecer una distensión muscular de los músculos antagonistas al movimiento limitado en jugadoras de voleibol.
3.2. Objetivos e hipótesis secundarios.
De los objetivos 1 y 2 se derivan las hipótesis correspondientes. En el caso de los objetivos 3, 4, 5, 6, 7, y 8, debido a la naturaleza descriptiva de los mismos, no derivan en hipótesis.
- Objetivo 1: Valorar si existen diferencias de flexibilidad entre el miembro lesionado y el no lesionado. Hipótesis 1: El rango de movimiento de la pierna lesionada es menor que el de la pierna no lesionada.
– Objetivo 2: Saber si los equipos que entrenan la flexibilidad presentan índices de lesión más bajos. Hipótesis 2:
Los equipos que entrenan la flexibilidad presentan índices de lesión más bajos que aquellos equipos que no la entrenan.
– Objetivo 3: Conocer la frecuencia de jugadoras con distensión muscular.
- Objetivo 4: Conocer los grupos musculares del miembro inferior que más se lesionan en voleibol.
– Objetivo 5: Conocer la severidad de las lesiones de miembro inferior en voleibol.
- Objetivo 6: Saber si se lesiona más la pierna hábil o la pierna fuerte.
– Objetivo 7: Conocer la frecuencia de asistencia a servicios de fisioterapia de las jugadoras que padecieron una distensión muscular.
- Objetivo 8: Conocer el trabajo de flexibilidad en voleibol.

4. MATERIAL Y MÉTODO.

4. 1. Muestra.
La muestra está formada por 31 jugadoras de Liga Fev Femenina Española (tercera liga nacional) procedentes de 4 equipos diferentes. Los valores medios en cuanto a edad, peso y altura son los siguientes: edad 22.9±4.7 años, peso 66.0±3.7 kilogramos, altura 169.1±2.7 centímetros.
4.2. Material.
Dos goniómetro universales, uno pequeño y otro grande. Marca Sportstek.
4.3. Procedimiento.
Los entrenadores fueron entrevistados acerca de sus rutinas de entrenamiento en cuanto a trabajo de flexibilidad y horas de entrenamiento. Cada jugadora fue entrevistada acerca de las distensiones musculares padecidas a lo largo de la temporada en los grupos musculares estudiados. Se registraron las siguientes variables: localización de la lesión (gemelo, aductor, isquiotibial y cuádriceps), tiempo de baja por lesión (leve: 1-3 días, menor: 4-7 días, moderada: 8-28 días, grave: más de 28 días), pierna afectada (pierna fuerte o hábil), asistencia a tratamiento de fisioterapia. En cuanto al concepto de lesión muscular utilizado en nuestro estudio, se consideró lesión muscular cualquier daño muscular derivado de la práctica del voleibol que prive al jugador de participar en un entrenamiento o partido. Utilizamos esta definición orientándonos por el documento de Fuller et al. (2006) sobre la reunión de un Grupo de Consenso de Expertos de la FIFA acerca de la definición de lesiones. Las lesiones musculares relacionadas con recidiva no se contabilizaron. Se midió bilateralmente la flexibilidad de gemelo, aductor, isquiosural y cuádriceps cómo se muestra en las siguientes imágenes: Figura 1. Medición de gemelo.
Figura 1. La flexibilidad como un factor de riesgo de distensión muscular en miembro inferior de jugadoras de voleibol.
Contenido disponible en el CD Colección Congresos nº 16

Figura 2. Medición de isquiotibial.
Figura 2. La flexibilidad como un factor de riesgo de distensión muscular en miembro inferior de jugadoras de voleibol.
Contenido disponible en el CD Colección Congresos nº 16

Figura 3. Medición de cuádriceps.
Figura 3. La flexibilidad como un factor de riesgo de distensión muscular en miembro inferior de jugadoras de voleibol.
Contenido disponible en el CD Colección Congresos nº 16

Figura 4. Medición de aductor.
Figura 4. La flexibilidad como un factor de riesgo de distensión muscular en miembro inferior de jugadoras de voleibol.
Contenido disponible en el CD Colección Congresos nº 16

4.4. Análisis estadístico.
Para el análisis estadístico de la información procesamos los datos en el programa informático SPSS 15.0. En primer lugar realizamos un análisis descriptivo (objetivos, 3, 4, 5, 6, 7,8), y a continuación un análisis comparativo (objetivo principal y objetivos 1 y 2).

4.4.1. Descripción estadística:

Con la intención de cumplir los objetivos 3, 4, 5, 6, 7 y 8 se han realizado los estudios descriptivos pertinentes en función de la naturaleza y la escala de las variables implicadas.

4.4.2. Inferencia estadística:

Para cumplir el objetivo principal de la investigación y detectar a jugadoras con riesgo de lesión muscular a través del conocimiento de su ROM para prescribir un trabajo específico preventivo de flexibilidad, se procedió así:
En el estudio que tomamos como referente (Witvrouw et al. 2003), se divide el total de la muestra, para cada músculo, en dos grupos: lesionados de ese músculo y no lesionados de dicho músculo. En el caso de nuestro estudio, introdujimos una variación respecto al estudio mencionado. En la muestra de no lesionadas incluimos exclusivamente a aquellas jugadoras que no presentaron lesión en ninguno de los 4 grupos musculares estudiados, considerando que de esta forma la muestra obtenida será más homogénea. Además, debido a que realizamos las mediciones bilateralmente, comparamos la ROM media de las dos piernas del grupo de no lesionados con la ROM de la pierna lesionada del grupo de lesionados, para cada grupo muscular. A continuación, para cada grupo muscular, se procedió al análisis estadístico de los datos obtenidos para dos muestras independientes: jugadoras lesionadas y jugadoras no lesionadas, analizando la variable rango de movimiento para 4 grupos musculares. Para examinar las posibles diferencias entre estos dos grupos de jugadoras, se utilizó:
• Prueba t para dos muestras independientes (garantizándose previamente la normalidad y la igualdad de varianzas con las pruebas de Kolmorogov-Smirnov y Levene respectivamente).
• De no cumplirse los prerrequisitos de aplicación de la prueba t, se recurriría a las pruebas no paramétricas de Mann-Withney y la “Z” Kolmorogov-Smirnov.
Descartamos el objetivo 2 (relación entre entrenamiento de flexibilidad y riesgo de lesión muscular) ya que en la entrevista inicial los 4 entrenadores entrevistados coincidieron en que sus equipos no entrenaron la flexibilidad. Para conseguir el objetivo 1 (valorar si existen diferencias de flexibilidad entre la pierna lesionada y la no lesionada), se comprobó si había diferencia entre el ROM de la pierna lesionada respecto al ROM de la pierna no lesionada, dentro la muestra de jugadoras lesionadas y para cada grupo muscular. Para ello se utilizaron las pruebas no paramétricas de Wilcoxon y de los Signos para dos muestras relacionadas.

5. RESULTADOS.

5.1. Análisis descriptivo.
– Se observó que de las 31 jugadoras de la muestra, 10 presentaron lesión muscular, y 21 no presentaron lesión muscular. La muestra de lesionadas representó un porcentaje de un 32.3% del total de la muestra.
- El músculo que tuvo mayor número de casos de lesión fue el cuádriceps, representando un 80% de las lesiones musculares recogidas. Mientras que un 10% corresponden al isquiotibial y otro 10% al gemelo, no se ha observado ninguna lesión de aductor.
– En cuanto a los días de baja por lesión, un 50% representaron lesiones moderadas (entre 8 y 28 días de baja), un 40% lesiones leves (entre 1-3 días de baja), y un 10% lesiones menores. No se registró ninguna lesión grave (más de 28 días de baja).
- Un 60% de las lesiones musculares se corresponden con la pierna hábil, frente a un 40% de la pierna fuerte.
– Un 70% de las jugadoras lesionadas han recibido un tratamiento de fisioterapia. Sin embargo 30% no recibieron tratamiento alguno.
- Los 4 equipos coinciden en que no realizan un entrenamiento de flexibilidad como tal, pero sí realizan un programa de flexibilidad de calentamiento y enfriamiento al inicio y final del entrenamiento.
– Debido a que ninguno de los equipos entrevistados realiza un entrenamiento de flexibilidad propiamente dicho, no pudimos observar si el trabajo de flexibilidad se corresponde con un menor número de lesiones musculares.
5.2. Inferencia estadística.
En cuanto a los resultados del análisis estadístico comparativo, debido a que de las 10 lesiones registradas, no se registró ninguna lesión de aductor, tan solo una de gemelo y una de isquiotibial (poco representativo), y 8 de cuádriceps, se decidió comparar exclusivamente el ROM de cuádriceps, ya que el 80% de las lesiones musculares fueron en dicho grupo muscular.
Por ello, se decidió comparar únicamente dos muestras independientes: jugadoras lesionadas de cuádriceps frente a jugadoras no lesionadas (prescindiendo de la jugadora lesionada de gemelo y de la jugadora lesionada de isquiotibial para obtener una muestra más homogénea). Así, con intención de cumplir el objetivo principal de nuestro estudio, se compararon los valores del ROM de cuádriceps de la pierna lesionada del grupo de lesionadas respecto el ROM medio de cuádriceps de ambas piernas de las jugadoras no lesionadas. Una vez aplicadas las pruebas estadísticas correspondientes asumimos la hipótesis nula, por lo que no hemos encontrado diferencias en el rango de movimiento de cuádriceps entre las dos muestras comparadas. Para nuestro estudio, no es posible detectar a jugadoras con riesgo de lesión muscular a través del conocimiento de su ROM. Por último, se comparó la ROM de cuádriceps de la pierna lesionada respecto a la no lesionada en el grupo de lesionadas, utilizando las pruebas no paramétricas de Wilcoxon y de los Signos para dos muestras relacionadas. Se asumen las hipótesis nulas de estas dos pruebas, por lo que no encontramos diferencias de flexibilidad entre el miembro lesionado y el no lesionado.

6. DISCUSIÓN.

Numerosos estudios realizados en diferentes deportes han observado que una ROM reducida se relaciona con un mayor riesgo de padecer una lesión muscular (Arnason et al., 2004; Bradley y Portas, 2007; Dadebo et al., 2004: Ekstrand y Guillquist, 1982; Johnagen et al., 1994; Knapik et al., 2001; Witvrouw et al., 2003). Sin embargo, en nuestro estudio, para la ROM de cuádriceps no parece que aquellas jugadoras con menor flexibilidad sufran más lesiones musculares. Por ello, en nuestro estudio, no hemos podido detectar a jugadoras de riesgo de lesión muscular a través del conocimiento de su ROM, para poder prescribir a posteriori un trabajo específico preventivo de flexibilidad. Dentro de la muestra de lesionadas de cuádriceps, tampoco encontramos diferencias entre el ROM de cuádriceps de la pierna lesionada respecto a la no lesionada. Nuestros resultados coindicen con los del estudio de Tyler et al., 2001, en el que tampoco encuentran relación entre flexibilidad y lesión muscular, en este caso en la musculatura aductora. En cuanto al ROM de cuádriceps, Witvrouw et al., 2003, sí encontró que una flexibilidad reducida del cuádriceps representa un riesgo intrínseco de desarrollar un lesión muscular de cuádriceps. Sin embargo, Bradley y Portas (2007), no encontraron que los lesionados de cuádriceps presentaran una ROM menor que los no lesionados.
En la literatura se observa que las lesiones musculares suponen alrededor de un 30% de las consultas en el día a día de la recuperación deportiva (Garret, 1996). En nuestro estudio, en cuanto al porcentaje de jugadoras que padecieron distensiones musculares se registró que un 32.3% de la muestra sufrió este tipo de lesiones. El hecho de que cerca de un tercio de las jugadoras haya padecido una distensión muscular durante la temporada analizada, contrasta con las investigaciones que no consideraron como importantes las lesiones musculares en voleibol (Aagaard y Jorgensen, 1996; Agel et al. 2007; Augustsson et al., 2006; Bahr, R. y Bahr, I. A., 1997; Beneka et al., 2009; Junge et al. 2006).
La tercera parte de las lesiones no recibieron tratamiento de fisioterapia. Este hecho podría explicarse porque el deportista puede continuar con la práctica deportiva a pesar de presentar una lesión muscular (Peterson y Restrom, 2001). Habría que valorar también la accesibilidad y posibilidad de recibir tratamiento de fisioterapia que tienen las jugadoras que militan en tercera liga nacional femenina de voleibol. Teniendo en cuenta que la propia disciplina deportiva conduce al acortamiento de la musculatura agonista del deportista así como al alargamiento de la musculatura agonista (Holt et al., 2008), parece oportuno que un trabajo basado en estiramientos acompañe a las rutinas de entrenamiento de los deportistas. De los cuatro equipos testados ninguno realizó un entrenamiento de flexibilidad como tal, limitándose a utilizar los estiramientos únicamente en las fases de estiramiento y enfriamiento. Sin embargo, Arnason (2009) considera que la evidencia científica de que la flexibilidad es una medida preventiva de lesión muscular no está probada hasta el momento. No está claro el papel de la flexibilidad muscular en la prevención de las lesiones, y futuras investigaciones son necesarias.
Es importante tener en cuenta las exigencias de cada deporte en función de su naturaleza, así como las diferencias entre los puestos específicos del deporte y las individualidades específicas del sujeto en sí. Parece que cada deporte tiene una flexibilidad óptima para la realización de su actividad deportiva, entendiendo que una flexibilidad inferior o superior aumenta la predisposición a lesión. De esta forma, los conceptos de “rango de movimiento reducido” y “rango de movimiento óptimo” serían específicos de cada deporte. Futuras investigaciones podrían intentar definir el rango de movimiento necesario para una participación exitosa en el deporte voleibol, así como en el resto de deportes, ya que cada deporte requiere un ROM diferente en función de la motricidad requerida. Así, conociendo las necesidades en cuanto a flexibilidad de cada deporte, se podría diseñar una intervención específica de trabajo de flexibilidad para reducir el número de lesiones musculares. En cuanto al modelo lesional de Woods et al. (2007) basado en que las lesiones musculares ocurren como resultado de un fuerza excéntrica que estira el músculos más allá de su “libre rango de movimiento” hasta el punto de fallo, hay que destacar que la mayoría de los deportes no requieren adoptar amplitudes de movimiento máximas y registran igualmente distensiones musculares. Además, estas lesiones no se producen siempre en amplitudes movimiento máximas.
En cuanto a las mediciones con goniómetro y otras medidas indirectas de la flexibilidad como el Sit and Reach, son técnicas que expresan un único plano de movimiento. Sin embargo, muchos movimientos realizados en el deporte requieren acciones en 2 o 3 ejes simultáneamente. El desarrollo de nuevas tecnologías podría facilitar el avance de conocimiento y la investigación acerca de las mediciones de flexibilidad en variadas situaciones (Holt et al., 2008). Además, en nuestro estudio se midió la flexibilidad pasiva, medida bastante alejada de la realidad de la acción deportiva. El gesto deportivo se realiza a ciertas velocidades en un corto periodo de tiempo, por ello, se identifica más con el concepto de flexibilidad dinámica. Por ello, futuras investigaciones podrían incidir en realizar mediciones de flexibilidad dinámica y ver su relación con la incidencia de distensión muscular. En cuanto a tipos de estiramientos adecuados para utilizar en el deporte, la literatura actual tiende a decantarse por los estiramientos activos frente a los pasivos, ya que como señala Garret (1996), los músculos preactivados absorben más fuerza antes de fracasar y lesionarse.

7. CONCLUSIONES.

1. No hemos podido detectar a jugadoras de riesgo de lesión muscular a través del conocimiento de su rango de movimiento.
2. No hemos encontrado diferencias entre la flexibilidad del miembro lesionado y el no lesionado.
3. Un 32.2% de las jugadoras presentaron distensiones musculares en alguno de los músculos estudiados.
4. El músculo que más se lesiona en nuestra muestra en voleibol es el cuádriceps.
5. Las lesiones más frecuentes en nuestra muestra son moderadas, representando de 8 a 28 días de baja deportiva, aunque las lesiones leves con 1-3 días de baja también tienen una presencia importante.
6. La pierna hábil se lesiona más que la pierna fuerte en nuestro estudio (60% frente a un 40% respectivamente).
7. No todas las distensiones musculares se trataron con fisioterapia.
8. Sí se utilizan estiramientos en las fases de estiramiento y enfriamiento. Sin embargo, no se realiza un entrenamiento específico de flexibilidad como tal.

8. PERSPECTIVAS DE INVESTIGACIÓN.

– Intentar hacer homogeneizar investigaciones en cuanto a método y muestras, para simplificar las comparaciones entre las mismas y extraer conclusiones de mayor peso sobre el tema en cuestión.
- Replicar este estudio en muestras más amplias para intentar obtener resultados más esclarecedores, representativos y enriquecedores.
– Ampliar los estudios sobre lesiones musculares en voleibol para aclarar si este tipo de lesiones son frecuentes o de lo contrario son una minoría.
- Indagar en el concepto de flexibilidad y en sus posibilidades como medida preventiva, ya que las contradicciones entre autores en cuanto al concepto, aplicación, tipos de entrenamiento, etc. son frecuentes en la literatura.
– Se requiere más investigación acerca del rango de movimiento óptimo requerido en los diferentes deportes en función de sus características.
- Se observó cierta confusión en cuanto a los mecanismos de lesión de las distensiones musculares. Se podría profundizar más al respecto, especialmente para aclarar la posible relación de estas lesiones con la flexibilidad.
– Debido a que el estudio de las lesiones debe ser multifactorial, se pueden realizar nuevas propuestas en cuanto a la relación de las lesiones musculares con otros factores de riesgo.
- El desarrollo de nuevas tecnologías que midan diferentes tipos de flexibilidad podría facilitar el avance en investigación.
– Paralelamente a la investigación internacional, podría desarrollarse una línea de investigación sobre flexibilidad y lesiones musculares en España.

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